26 de septiembre de 2010

FÚTBOL – El derbi fue para la ‘Cebre’

3-1. Dos goles de David Terleira y uno de Javi, derrotaron a un desnortado Real Ávila, con polémica actuación arbitral de Saúl Plaza, que expulsó a tres jugadores, uno local y dos visitantes

Fotos: Javier Rodea
El derbi respondió a las expectativas de un partido de la máxima rivalidad. David venció a Goliat y nunca mejor dicho porque dos de los tantos de la victoria local los logró David Terleira. El equipo pequeño (‘Cebre’) se comió al grande (Real Ávila). Hubo goles y jugadas polémicas que pusieron en cuestión –según el cristal con el que se mire- la actuación del colegiado abulense Saúl Plaza, que mostró la tarjeta roja a tres futbolistas, el verdiblanco Juancar y los encarnados Dani y Koke. El caso es que el Real Ávila –que había ganado en sus dos confrontaciones ligueras anteriores en El Mancho- sucumbió ante una Cebrereña que hizo valer sus armas y que fue superior al rival sobre el terreno de juego. Los de la capital tenían la ausencia en el lateral derecho de José María –que contrajo matrimonio ayer-, jugando en su puesto David Franco. También carecían de técnico en el banquillo por el castigo de José Manuel Manzano y José García y tuvo que ser el delegado Arcadio Arroyo quien llevase teóricamente esa función.

El resultado de 3 a 1 es nefasto para los intereses del Ávila y magnífico para la ‘Cebre’, por lo que ambos se igualan a siete puntos en la clasificación. Ganas de vencer de los locales que plantearon, como suele ser habitual en casa, un encuentro utilizando su juego directo y las escasas dimensiones de su campo. La presión la ejercieron los de Luis Ortega desde el primer minuto y en la primera aproximación David Terleira mandaba el balón fuera, avisando que iba a ser su tarde. La primera ocasión vino en el minuto 13 mediante un disparo de Ángel al saque de una falta, que Félix desvió lo justo con los puños por encima del travesaño. La primera media hora no ofrecía demasiado fútbol a los espectadores. No había emoción hasta que superada la media hora, Álvaro cae ante la entrada de David Franco, que enganchó al contrario. Penalti decretado por Saúl Plaza. Protestas de los jugadores encarnados. Desde el punto fatídico, David Terleira no perdonó y colocó en ventaja a su equipo, que con 1 a 0 se iba contento a los vestuarios, mientras que el contrario se había mostrado bastante flojo en la primera mitad.

Tras el asueto, apenas tuvo tiempo de asentarse en el campo el Real Ávila cuando no había transcurrido ni medio minuto y el visitante Dani recibe la segunda tarjeta amarilla y deja a sus compañeros en inferioridad numérica. Parecía que el choque se iba a embroncar, pero el cuadro de la capital con diez trató reaccionar pegando Barrera la pelota en el larguero y acto seguido Larsson fallaba enviándola fuera. Fue un espejismo porque el cuadro verdiblanco controlaba el partido, más aún con el segundo gol local obra de nuevo de David Terleira a pase de Beba, rebasada la hora de juego. Hasta ese momento el Ávila no había realizado cambio alguno. Sacó a Peña, Aitor y Toño y de los sustitutos el que dio resultado fue el último, que acortaba distancias en un disparo repelido por David, colocando el 2-1. Un minuto antes Félix había repelido a córner un chut de Finidi.

Los problemas del Real Ávila crecieron cuando se quedó con nueve. Koke vio la tarjeta roja directa por sus continuas protestas al trío arbitral, que anulaba por fuera de juego el que podía haber sido el tercer tanto cebrereño. Juancar, que había sustituido a Ángel, fue el protagonista en los minutos siguientes. Primero pegando el esférico en el travesaño a falta de tres minutos para el final, y después, en la prolongación, al ser expulsado por el colegiado. Precisamente en el tiempo de descuento, Javi ponía la puntilla al equipo encarnado al marcar el 3-1 definitivo.

3 Cebrereña: David; Finidi, Víctor, Abel, Beba; Ángel (Juancar, m. 69), Mario, Félix, Álvaro (Gabri, m. 90); Javi y David Terleira (Gele, m. 72).
1 Real Ávila: Félix; David Franco, Rivas, Pablo Simón, Koke; Jaime, Piru (Toño, m. 69); Barrera (Aitor, m. 69), Emilio, Dani; y Larsson (Peña, m. 66).
Goles: 1-0 (David Terleira, de penalti), 2-0 (David Terleira, m. 64), 2-1 (Toño, m. 73), 3-1 (Javi, m. 97).
Árbitro: Saúl Plaza García. Mostró tarjetas amarillas a los locales Beba, Ángel y Gele y al entrenador Luis Ortega, expulsando con roja directa a Juancar (m. 95) y al médico de la ‘Cebre’. Y a los visitantes David Franco, Barrera, Larsson y Dani, a este en dos ocasiones, por lo que fue expulsado (m. 78). Enseñó roja directa a Koke (m. 78).
Incidencias: Encuentro celebrado en el campo Municipal de El Mancho, de Cebreros, con asistencia de medio millar de espectadores, entre ellos seguidores del Real Ávila. Tarde de temperatura agradable y terreno de juego con algunas calvas.

Luis Ortega: “El árbitro nos ha perjudicado más que beneficiado”

El entrenador del equipo vencedor opinaba al final del choque que “no hay nada que objetar a la victoria” de la ‘Cebre’, que significa tres puntos más para seguir trabajando y “conseguir los puntos que nos den la salvación”. Respecto a la actuación arbitral Ortega consideraba que “nos ha perjudicado más que nos ha beneficiado porque ha habido dos penaltis clarísimos no pitados” a su favor. “Hemos sabido jugar y ganar al Real Ávila, con la satisfacción de que un equipo con 14 jugadores de Ávila también puede hacer fútbol”, señalaba el técnico, concluyendo que “si alguien ha merecido ganar ha sido la Cebrereña”.

José Manuel Manzano: “La derrota nos deja bastantes tocados”

Así de rotundo se mostraba José Manuel Manzano al término del partido. No contaba en sus planes con perder en Cebreros “después del trabajo realizado durante la semana”. “Cuando tienes un gol en contra tienes que ir contracorriente y no nos ha beneficiado para nada el juego directo que hemos estado haciendo durante la primera parte”, indicaba el míster. “En este sentido, me he podido equivocar”, reconocía, señalando que les había costado bastante adaptarse a las dimensiones del terreno de juego. La expulsión de Dani ha impedido el propósito encarnado de “controlar el juego”, trastocando los planes previstos por Manzano, que no quiso decir nada del árbitro.

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