Texto: Fernando López del Barrio
En Hoyocasero vio la luz nuestro personaje de este pequeño comentario, llamado Marino, en el Valle del Alberche, en la sierra de Gredos, quizás por eso en ese primer año de su vida se le pegó ese aire de sierra que le dio nobleza y le hizo curtirse en muchas batallas .El clima de esa zona próxima a Gredos curte a los hombres. Luego pasó parte de su niñez en Mingorría, hasta llegar a Ávila capital, donde comenzó la historia deportiva de Marino González Saiz, nuestro personaje. Uno cree que las raíces son importantes en el desarrollo de la persona, sencillez, cercanía, no darse importancia…
Cuando hace pocas semanas me comentaron que estaban organizando un pequeño homenaje “sorpresa” a Marino, un poco el mundo de sus amigos más próximo en sus años de dedicación al mundo del futbol, amigos, compañeros, jugadores del primer equipo del Real Ávila, cuerpo técnico, algún antiguo directivo y padres de la Escuela de Futbol del Real Ávila, me pareció bien. Todos nos fuimos enterando poco a poco y contribuimos a dar forma a este acto sencillo impregnado de emotividad y no exento, creo, que de justicia a quien, es una opinión, forma parte de la historia futbolística de Ávila. Pertenece a este tipo de persona, gente corriente, no próxima a los medios de comunicación, no mediático que desarrolla una labor callada quitándose horas a su trabajo y sobre todo a su familia para dedicarlo a una afición. Tampoco, la noticia de este pequeña consideración hacía él, se ha difundido mucho, creo que principalmente por dos motivos, uno porque nadie quería que se viera como un plebiscito en su favor tras los acontecimientos de este verano ocurridos con la dimisión de varios cargos del Real Ávila y en segundo lugar porque pretendíamos que fuera sorpresa hacía él, porque conociéndole si se hubiera enterado no habría dejado organizarlo
Uno ha buceado en su historia ligada, la de Marino, al mundo del futbol y ha sacado de allí y de acá algunos datos que comentaremos a modo de argumentar la historia de este homenaje. Ya en las temporadas 1973-74-75 participa como jugador de la categoría juvenil en el Club I.C.M. de Ávila llegando a jugar una fase sector de dicha categoría. Pasa por el histórico Club Diamante cuna de jugadores que llegaron al Real Ávila, sobre los años 1978, 79 y 80 ya en categoría regional ordinaria.
Pero él no se debía sentir a gusto como jugador y en septiembre de 1980 realiza el cursillo de acceso al Comité Nacional de Árbitros de Futbol, se le notaba que le empezaba a ir la marcha y era echado para adelante, eso del jugársela domingo tras domingo por aquellos campos de Dios era una aventura arriesgada, recordamos que nos encontramos en las temporadas 1980 y hasta la 88 arbitra en categoría provincial y de 1988 a la 1996 en Tercera División Nacional. Decidido y valiente fue, es y será porque optó en las cuatro últimas temporadas al curso y arbitró partidos de la promoción de ascenso a 2ª División B. Actúo de linier con otros abulenses como Jesús Población junto al árbitro Sr. Hernández Velazquez en Primera División.
Haciendo un inciso en estas breves notas históricas, recordábamos en la noche del viernes 24 de septiembre su juventud y su evolución física (grande) y profesional a través del montaje en CD, que con todo cariño y con gracia que se hizo de multitud de fotos que aportó su esposa Rosa y que nos hizo reír, aplaudir, y seguramente alguna lágrima se deslizaría por la cara de Marino. ¡Buen trabajo! , Piru, Barrera y compañía. Esos minutos a muchos ya entrados en canas nos hicieron recordar tiempos históricos del futbol abulense.
Pero también le gustaba transmitir sus conocimientos del arbitraje y fue profesor de los cursillos de acceso al comité de árbitros de Ávila (buen gag. Humor a través de imagen y palabra en el CD proyectado en la cena caricaturizando a nuestro personaje sobre la explicación del fuera de juego a sus alumnos.)
Pero no se detuvo ahí y nuestro amigo Marino pensó que había que tocar todos los “palos del mundo del futbol” y así en 1992 realiza el curso de Entrenador 1º Nivel. Lo cual le sirve para que esa misma Temporada fuera Vocal de Capacitación del Órgano Técnico de la Federación de Castilla y León de Futbol en el Comité de Árbitros de Futbol.
Incluso hacía horas extras, no solo de traer y llevar medicamentos, trabaja en COFABU desde hace muchos años sino que vive el hombre el deporte, y tal era su cariño y vocación por el futbol, que llegó a compaginar en las temporadas 1993-94-95 su labor con el comité de árbitros y entrenando al equipo alevín del Real Ávila C.F.. Yo creo que de ahí le viene la pasión por los niños, cuando muchas veces uno le ha oído decir a Marino “mis niños de la escuela”, y que muchas veces dentro del ambiente distendido que hemos vivido los últimos 8 años de la Escuela, en algún viaje seguía la broma que jocosamente le cantaban “sus niños” “Marino dimite ya”. Así las cosas pasa a formar parte asimismo del Comité Técnico de Entrenadores de Reglas de Juego de la Escuela de Entrenadores de Castilla y León.
En las temporadas 1995-96-97 es el entrenador del Equipo Infantil A del Real Ávila quedando la última temporada, Campeón Provincial de liga de dicha categoría, jugando la Fase Interprovincial de Clubes en Pallafría (Burgos). Aquí ya se olía, se empezaban a poner las bases el germen, que pocos años después alguien tomaría el relevo para conseguir un sueño y que él le ha vivido como director de la Escuela, tener al equipo infantil en Regional. Aquel año se quedó en tercera posición de dicho campeonato de Castilla y León.
Este hombre grande y bueno, Marino, lo daba todo no se quedaba a medias tintas, su pasión por el futbol y yo creo que en especial por el Real Ávila le lleva a que en esa misma temporada 97/98 pase a formar parte del Primer Equipo del Real Ávila C.F. como segundo Entrenador, permaneciendo en dicho cargo hasta la temporada 2002/03, entrenando estas temporadas con José E. Carrobles, Calderón y Luis A. Duque dos de éstas en 2ª División B.
Todo esto hace que en el 2002/03 tras la renuncia de Gregorio Rodríguez como coordinador de la Escuela Municipal del Real Ávila pasa a ocupar su puesto y el de delegado de Equipo de la primera plantilla. En el 2004 fue designado por la Federación de Castilla y León de Futbol Delegado Provincial de Entrenadores en Ávila (cargo que en la actualidad ocupa), compaginando dichas actividades con la de seleccionador provincial Sub-13 y Sub-15, habiendo sido en ambas categorías subcampeón de Castilla y León con jugadores de Ávila.
Tras la vacante producida en la dirección de la Escuela, en la temporada 2005 fue nombrado Director de la misma hasta la pasada temporada 2009/2010. Si repasamos la evolución de la Escuela en los últimos años sería fácil llegar a la conclusión de un trabajo bien hecho, mejorable indudablemente, ya que uno opina que hay que adaptarse a los tiempos de nuevas tecnologías y muchas otras cosas más, tanto desde el punto de vista de infraestructura de una Escuela a niveles, deportivos, económicos, administrativos e institucionales, todo un reto de lucha, imaginación ahora que estamos en crisis, y sobre todo un futuro proyecto de Escuela de abajo a arriba. Creo que en eso se estaba aún cuando con su dimisión todo queda en el aire. A modo de ejemplo unos datos, evolución de inscripciones, temporada 1999/2000: 71 niños, temporada 2000/2001: 105 niños, temporada 2001/2002: 141 niños, temporada 2002/2003 198 niños, temporada 2003-2004 198 niños, temporada 2004-2005 191 niños, temporada 2005-2006 206 niños, temporada 2006-2007 238 niños, temporada 2007-2008 256 niños, temporada 2008-2009 289 niños, temporada 2009-2010 346 niños. Indudablemente que lo mejor de la Escuela no iba a estar en esos números, porque lo que yo creo que ha primado y que Marino, como muchos otros que han estado en los últimos años, Javier, Julio, Miguel Ángel Nieto, Javi Vega, Iñaki, Parada, Alfonso, Nacho, etc., así como jugadores de la primera plantilla que han pasado por la Escuela, como por ejemplo Iván Torres que dejó su sello particular en la Escuela, era el educar en valores a través del deporte. También se ha trabajado con el personal, monitores, entrenadores de la Escuela, hasta llegar a 23 entrenadores, dos preparadores físicos y una secretaria el último año.
Y todos estos datos, no son para apuntarse una medalla, son trabajo de un equipo (director, coordinador, monitores, entrenadores, etc.), donde los últimos años al frente estaba Marino, un hombre grande en lo físico y en lo humano, con sus repentes y a veces cascarrabias, pero que ha sabido entender a los niños y jóvenes. Con sus virtudes y defectos ha llegado en general a los padres, aunque alguna bronca haya tenido con algunos pero propia de la convivencia o del saber discrepar nadie está en poder de la verdad, ésta es relativa y opinable. Recuerdo que hace pocas semanas cuando se supo que dejaba la dirección de la Escuela, un padre no de esta escuela me dijo, mira “vendrán directores de la Escuela, que tengan más conocimientos, que enseñen lo más en el terreno deportivo, pero descuida que el cariño con el que ha tratado a vuestros hijos eso será muy difícil que lo logren otras personas”.
Y de ahí que en el homenaje que se le dio en el Restaurante La Vaquería en la noche del pasado viernes 24 de septiembre hubiera un ambiente de gratitud y reconocimiento a la persona que había dedicado gran parte de su vida a la Escuela y al Real Ávila. De ahí también las palabras del representante de los jugadores y cuerpo técnico, de algunos padres, de Luis Ángel Duque, de sus compañeros de sufrimiento por sacar año tras año la Escuela adelante representados en la figura de Ricardo. Todos coincidimos en algo, que igual que los niños le cantaban en los desplazamientos, “Marino dimite”, “Marino vete ya”, (entre el jolgorio de todos incluido él ), ahora desde el respeto hacia otras opiniones, desde el enriquecimiento, desde el sueño de un gran proyecto deportivo de Escuela le pedimos: Marino vuelve ya, nadie es imprescindible pero todo somos necesarios aún queda mucho trabajo por hacer, y su experiencia y ganas de trabajar desde la seriedad y el compromiso es necesaria más en estos tiempos difíciles.
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