@deportesavila / El teatro del Cabildo de Cebreros acogió el último viernes una conferencia sobre los campeonatos del mundo de fútbol desde el primero en Uruguay hasta el que se celebrará en Brasil el próximo año. Una actividad de gran éxito que fue seguida por numeroso público, el cual disfrutó de la disertación que allí se impartió, con la presencia de la Copa del Mundo y las Eurocopas ganadas por la selección española de fútbol, y con la importante visita de Juanma Lillo, uno de los entrenadores más carismáticos del fútbol español. Ángel Luis Becerra ‘Manu Sarabia’, artífice de la conferencia, nos cuenta lo que allí pasó.
"Queridos amigos el pasado viernes 22 de febrero se impartió la conferencia de fútbol en el teatro El Cabildo de Cebreros: Uruguay 1930 & Brasil 2014.
Profundizamos en las raices del fútbol y como se había ido desarrollando a través de los acontecimientos políticos y sociales que han ocurrido en el siglo XX. No por ello se dejó de hablar de la evolución de todas las selecciones y de sus jugadores más recordados. El fútbol es muy importante en nuestras vidas y con el acto del viernes queríamos seguir de su mano.
Según parece la gente acabó muy contenta y eso que fueron dos horas donde se requería una atención constante. La asistencia fue mucho mayor de la esperada, pero era algo inevitable ya que aunque intentamos no publicitarlo en exceso, la presencia de las dos eurocopas y la copa del mundo era una motivación que hacía muy dificil ausentarse. También hay que añadir que aunque había muchos niños pequeños, la conferencia se impartió sin ninguna perturbación y todos ellos estuvieron muy concentrados en lo que allí se decía. Luego algunos padres bromeaban y decían que la única vez que tantos niños habían estado tan atentos y silenciosos era cuando seguían por las calles al flautista de Hamelín.
Nos hizo especial ilusión la presencia de los hijos de Jesús Prieto fundador del Cebreros, D.Gregorio, el fundador de la C.D. Cebrereña y presidente honorífico, y también nos alegró la presencia de Alicia, hija de Luciano, socio más antiguo y tristemente fallecido. En representación de los concejales de Cebreros acudió Gustavo Terleira, ya que un viaje urgente e inaplazable de última hora impidió la presencia del alcalde Ángel Luis Alonso, y del vicealcalde Jesús María Alonso.
También había personas de diferentes nacionalidades; especialmente de Marruecos y de varios países de América del Sur y si una amiga mía noruega y escritora le gusta la idea quizá escriba un relato sobre el evento para El Mundo.
Se habló de un centenar de naciones diferentes y de todas ellas se contó su historia con objetividad y respeto. Países como Cuba, la India, Albania, Filipinas, Tanzania, Samoa, Islas Fiji o Nepal, fueron tratados con el mismo respeto que Brasil, Argentina, Italia, o España. No en vano estábamos en presencia de la copa del mundo y todos los paises tienen que ser tratados por igual.
Mucha gente es escéptica en cuanto a la copa en si y no debería serlo. Hay una copa de oro que conserva la Fifa y solo se saca una vez cada cuatro años para que la alce el campeón en el estadio en suerte, acto seguido la vuelven a guardar en una caja de caudales y luego hay una réplica que es la que estuvo en Cebreros y ya no hay ninguna más en el mundo.Y esta copa, que España no puede quedársela en propiedad, el año que viene hay que llevarla a Brasil y quizá ya nunca vuelva.
En realidad esta conferencia nace de la literatura, ya que había sido escrito antes y su puesta en escena, la manera de llevarla a cabo, también es inédita. Obviamente otros vendrán detrás, pero esto no se había hecho nunca, el reunir las tres copas más importantes y contar una historia del fútbol. Lo que estaba claro es que nosotros no ibamos a hacer nada que ya se hubiera hecho anteriormente, queríamos innovar. El exhibir las copas como ha pasado en tantos sitios y que la gente las reverencie, sin que estén acompañadas de la palabra contando lo que realmente significan, es como adorar al becerro de oro.
Tenemos la posibilidad de llevar la conferencia a Las Palmas en 2013 con motivo de un homenaje al Athletic de 1983 y a la ciudad heroica de Oviedo a través de la biblioteca pública y los centros culturales. Antes de ello nos gustaría llevarla a algún pueblo más de Ávila para seguir ensayando y perfeccionando y, como en Sotillo no ha podido ser por razones que desconozco; estamos pensando en Arenas de San Pedro ya que según parece por allí se celebran actos de este tipo.
Además esa noche nos acompañó nuestro admirado entrenador Juanma Lillo. Nadie ha estudiado la esencia y la mecánica del juego como él. Me parece uno de los entrenadores más interesantes de todos los tiempos, consiguió singularizarse a través del lenguaje y eso es signo de distinción; siempre que habla hay que escucharle porque parece que hará una revelación definitiva para la historia del juego, siempre es capaz de someter a su interlocutor a un constante aprendizaje y, es que además mantiene sus opiniones contra viento y marea, cree en lo que dice de una manera absoluta, da igual en una reunión de amigos como el vernes que en un foro donde haya otras autoridades del fútbol. Ahora está viendo y estudiando todos los partidos de los años 20 y eso solo es capaz de hacerlo él por su pasión por el juego. Y no hay que olvidar que era él quien hace diez años estaba llamado a regenerar y dirigir al Barcelona de Guardiola y que finalmente tomaron las riendas Rijkaard y Ronaldinho.
Poco después de que la conferencia tocara a su fin, Juanma Lillo nos reunió a los elegidos alrededor de una hoguera, con la copa del mundo entre nuestros dedos y, como si fuera el gran hechicero de la tribu nos contó historias del fútbol clásico que nosotros siempre hemos ansiado escuchar. Nos contó historias inolvidables que él ha vivido de Menotti, Maturana, Sacchi, Capello, Cruyff, John Toshack, López Ufarte, Mágico Gonzalez o Maradona. Y es que es increible porque da la sensación de que de alguna manera la historia del fútbol ha pasado ante sus ojos o muy cerca de ellos a través de los amigos comunes. Hubo quien le preguntó hasta donde llegaba su vocación de entrenador y Lillo aseguró que si llegaban unos arapahoes, se bajaban del caballo y necesitaban un entrenador, ahí estaría él. Esta frase sin duda fue lo mejor de toda la noche. Y nada más de irse ya todo el mundo le echaba de menos porque su huella en la familia futbolística de Cebreros ya es indeleble.
La verdad es que yo había seguido muy de cerca la carrera de entrenador de Lillo desde al poco de empezar. Tanto es así que hay tres partidos que tengo de cabecera y de los que aprendí como ha de posicionarse y comportarse un equipo en el campo que son los siguientes: uno de la Italia de Sacchi en la Eurocopa del 96, otro del Milan de Capello contra el PSG de Luis Fernandez (que luego se portaría muy bien conmigo en Bilbao) y otro del Salamanca de Lillo en la promoción contra el Albacete de Floro.
Y cuando Lillo entrenó al Oviedo, le vi durante un mes entrenar en el Requexón y recuerdo que le vi jugar contra el Barcelona de Robson y el Real Madrid de Capello.
Ahora vamos a estudiar la posibilidad de hacer una conferencia juntos, pero más específica en cuanto a sistemas de juego y características de los futbolistas. Me gustaría que esa conferencia también fuera en Cebreros para que el pueblo fuera la referencia del fútbol en la provincia, pero puede ser en cualquier otro pueblo o ciudad como Salamanca.
Trabajar con Lillo en un futuro es algo que no sólo me gustaría mí, sino también a miles de entrenadores, por la sencilla razón de que aprenderías cada día de sus conocimientos, su experiencia y su auténtica forma de transmitirlo. Creo que con paciencia será posible, ya que las ideas de ambos sobre cuestiones ofensivas y defensivas pueden ser complementarias; pero de momento lo que es seguro es que si entrena en España o en alguno de los paises más próximos ahí estaré observando su trabajo unas cuantas semanas como hice cuando dirigía al Oviedo.
Un abrazo y muchas gracias a Deportes Ávila por como ha tratado y cuidado la conferencia desde sus primeros pasos en el ya lejano mes de julio."
Ángel Luis Becerril Robledo
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