Diario de León / El pasado domingo finalizaba una temporada de caza menor bastante floja y muy irregular. Ahora, y durante el mes de febrero, la actividad cinegética se centrará en el jabalí y en los descastes de zorros y córvidos de cara a limpiar los acotados de estos voraces depredadores. A la hora de efectuar un balance sin duda la peor parte se la lleva la perdiz roja, precisamente la reina de la caza menor.
No ha sido un buen año de perdiz. Se llegaba a esta temporada desde mínimos, ya que la anterior había sido realmente nefasta. Parecía que las pocas parejas reproductoras habían criado bien, y de hecho durante la media veda se vieron bandos bien nutridos. Durante las primeras jornadas aparecieron perdices, especialmente en los cazaderos de media montaña, pero pronto los bandos se hicieron casi invisibles. Cada año las «patirrojas» van ganando en instinto de conservación y de hecho muchos aficionados comentan que cada vez es más difícil levantarlas a tiro. Incluso hay bandos que quedan casi sin tocar, pues tras los primeros días resulta muy difícil dar con ellos y al segundo levante desaparecen.
La liebre, sin grandes alardes, ha mejorado sustancialmente, pero hay que considerar que han sido muchos los acotados donde ha estado vedada desde el desastre que ocasionaron los descastes de topillos. Se han visto «rabonas» y, tanto las escopetas como principalmente los galgos, han podido cazar de forma regular. Y lo que es mejor, en los últimos días se han seguido viendo y han quedado en el campo pues, los terrenos encharcados, no han facilitado su captura. El conejo de monte, como viene siendo habitual en los últimos años, se ha cazado bien y ha sido una de las piezas preferidas por los aficionados.
Buen año de becadas
Cada vez son más los aficionados que practican con mayor entusiasmo la caza de la becada. Realmente resulta una caza muy bonita en la que el trabajo del perro es fundamental y el cazador debe no solo disparar rápido y certero sino compenetrarse a la perfección con el can. Noviembre y diciembre han sido muy buenos meses de becada, en enero, sin embargo, pareció que la «dama del bosque» se había esfumado. Al final de la temporada han vuelto a aparecer y son muchos los cazadores que se quejan de que no pueda prolongarse la temporada para cazar única y exclusivamente este ave de paso. No ha sido un invierno duro, y de hecho la nieve ha tardado en aparecer de forma copiosa lo que ha podido influir en los malos resultados de enero, cuando acostumbra a entrar la segunda oleada.
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