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8 de agosto de 2014

FÚTBOL – Triste cumpleaños

El Real Ávila celebra hoy 8 de agosto su 91 aniversario, con la espada de Damocles sobre su cabeza, sin saber si continuará más allá del lunes

Un partido del Real Ávila en los años 40, en el desaparecido campo de San Antonio /
Foto: Antonio Mayoral
Ángel G. Alameda / Un 8 de agosto de 1923 nacía el Ávila Club de Fútbol que dos años más tarde antepondría el “Real” por concesión del Rey Alfonso XIII. 91 años de historia le contemplan en un momento muy delicado para la supervivencia del club, dado que a tres semanas del inicio de la competición liguera no cuenta ni con entrenador ni siquiera con jugadores y además tiene hasta el próximo lunes 11 de agosto -apenas cuatro días y uno de ellos festivo- para pagar las deudas de los jugadores denunciadas ante la AFE. En caso de no satisfacerlas se produciría su descenso administrativo y seguramente la desaparición de casi un siglo de historia.

Desde que terminase la temporada pasada a mediados del mes de junio, el oscurantismo y la falta de información de la directiva comandada por David Rueda han sido la nota dominante. En las últimas fechas y después de dos meses de silencio, se ha sabido que las pretensiones de los propietarios eran vender el club y para ello estaban negociando con un grupo italiano. La operación estaba prevista que culminase hace más de una semana, pero no se ha llevado a efecto y aunque se habla de otros interesados en la compra, lo cierto es que el Real Ávila se encuentra a punto de desaparecer si a última hora no surge/n un/os salvador/es que se haga/n eco del llamamiento efectuado por la Asociación Abulense de la Prensa Deportiva (AAPD), al que se ha sumado la Plataforma #SOSRealAvila que hizo posible, gracias a su valioso e impagable trabajo, poder terminar la última campaña, cuando el club ya estaba inmerso en concurso voluntario de acreedores cuyo administrador Aurelio Gurrea no ha dicho esta boca es mía, uniéndose al cómplice silencio de los directivos.

Si bien no es el momento de buscar culpables, como señalaba la AAPD, no debemos olvidar la falta de conexión en los últimos años entre el club y la sociedad abulense. En tan sólo una década se han conocido hasta siete presidentes o directores generales como máximos dirigentes del Real Ávila, empezando por Anastasio Martín del Río y continuando por Julio Ortega, Javier Sánchez, José Ramón Herrero, Fernando Sánchez del Barrio, Francisco Javier del Pozo y David Rueda. No parece que ninguno de ellos haya tenido el suficiente peso ante las instituciones públicas y privadas, comenzando por el Ayuntamiento de Ávila que ante la crítica situación actual no se conoce que haya hecho gesto salvador alguno. Tampoco parece que el club presente el mayor interés para las empresas e incluso para los ciudadanos, salvo esos 300-400 fieles incondicionales que bajan al Adolfo Suárez domingo a domingo, haga frío, calor o caigan chuzos de punta. Una cifra demasiado escasa para una ciudad de casi 60.000 habitantes.

Lo cierto es que el Real Ávila al convertirse en sociedad anónima deportiva dejó de ser un club de socios, fieles al amor de unos colores y a un sentimiento, para convertirse en una entidad mercantil que al margen del fútbol buscaba un lucro. Baste el ejemplo de los actuales propietarios a los que les importa más la venta del club que realizar a su debido tiempo la imprescindible planificación deportiva para la próxima temporada. 

Ojalá la historia del Real Ávila continúe más allá del 11 de agosto, del que no queremos sea un ‘lunes negro’ para el bien del deporte abulense en general y del fútbol en particular. A lo largo de 91 años se han vivido situaciones muy críticas y problemas económicos graves, militando en regional, en Tercera y en Segunda B. Quedan pocas horas para luchar por la pervivencia y alguien habrá que con valentía y dando un paso adelante garantice la vida del Real Ávila unos cuantos años más para poder celebrar dentro de nueve el centenario encarnado.

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