@deportesavila / “Cada vez más” se ejerce presión sobre niños y adolescentes que realizan actividades deportivas, hasta el punto de que hay jóvenes que se presionan a sí mismos ante el “miedo” a no satisfacer a los padres y cumplir las expectativas que tienen sobre ellos.
En estos aspectos se ha centrado el curso de verano de la UNED ‘Psicología del deporte con niños y adolescentes’, que ha tenido lugar en el Espacio Cultural de la Fundación Caja de Ávila en El Barco de Ávila.
Codirigido por la profesora de Psicología de la UNED María del Carmen Pérez-Llantada, el seminario ha abordado las relaciones de los padres con hijos deportistas, del entrenador y el niño y de los padres y el entrenador y las “presiones” que pueden llegar a ejercerse en un adolescente deportista.
La solución, según la codirectora del curso, se encuentra en el denominado “triángulo del equilibrio”, que busca, precisamente, encontrar el punto intermedio entre la presión que ejercen los padres y el entrenador sobre un niño deportista, con el objetivo de que éste disfrute y “no se sienta agobiado”.
Ello se debe, según Pérez-Llantada a que “cada vez más” se está ejerciendo más presión sobre niños y adolescentes que realizan actividades deportivas, hasta el punto de que hay adolescentes que se presionan a sí mismos ante el “miedo” a no satisfacer a los padres.
Este tipo de situaciones, según el también profesor de Psicología de la UNED Andrés López de la Llave, se produce en personas que “dependen de alguien”.
“Los niños no hacen deporte y son los padres quienes los llevan y traen”, de modo que “sin el padre, es difícil que pueda asistir a un deporte”, por lo que “no se puede prescindir de ellos”. Así, a través de la psicología, se busca “aprender a convivir” con las diferentes situaciones que se dan en torno al adolescente o al niño deportista, para que el niño se sienta bien, ha apuntado Pérez-Llantada.
López de la Llave ha destacado que en este tipo de situaciones la organización de la familia “se tiene que adaptar al deporte”, lo que implica una “inversión” económica plasmada en adquisición de material deportivo y equipamiento, pero también de tiempo y, además, hay que prestar atención a todo lo que hace en casa.
A ello se suma “todo lo que tiene que hacer un niño”, de modo que “hay una sobrepresión que conviene tener en cuenta”, porque los aspectos psicológicos “pueden favorecer o entorpecer”.
En este sentido, el curso ha facilitado estrategias para favorecer que los niños y adolescentes que practican deporte de forma continuada “disfruten y rindan, sin entorpecer los demás aspectos de su vida”.
La profesora de Psicología de la UNED Pérez-Llantada ha señalado, en este sentido, que cada vez el deporte está más presente en la vida de las personas y el ser deportista es “algo que a los niños gusta”, algo en lo que también ha influido el papel de los medios de comunicación, que “presentan a los deportistas cada vez más como modelos”, así como de los profesionales de la salud, que inciden cada día más en la necesidad de hacer ejercicio.
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