Si algo no le falta a Carlos Soria (Ávila, 1939) es paciencia. El más veterano de los escaladores en activo representa la antítesis del montañismo marcado por el frenesí de las metas inmediatas y los intereses a corto plazo. Su estrategia cuando alguna cumbre se le atraganta es simple: darse la vuelta y esperar a la próxima oportunidad. Puede que sea una táctica poco acorde con los tiempos que corren, pero es la que le ha permitido mantenerse a sus 72 años en el máximo escalafón del alpinismo. Soria es capaz de dejar pasar años e incluso décadas entre su primer asalto a una montaña y su conquista definitiva. El Manaslu (8.163 metros ), por ejemplo, lo coronó el año pasado, nada menos que 37 años después de su primera tentativa. Algo similar parece que le va a ocurrir con el Dhaulagiri (8.167), una cima a la que ha intentado subir ya en cuatro ocasiones, la última el mes pasado. El temor a las avalanchas ha frustrado la expedición, pero Soria no es de los que dan su brazo a torcer: «Lo volveré a intentar dentro de un año», asegura. (Leer más…)
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