El pasado lunes, la Real Federación de Fútbol anunciaba el descenso administrativo del Palencia, Ceuta, Puertollano, Badajoz y Denia por impago a los jugadores. Un día más tarde, daba a conocer el dinero que se precisaba para ocupar esas plazas a los clubes interesados. Concretamente, lo cifró en 190.000 euros, que correspondía a la suma de las deudas con los futbolistas de estos clubes, dividido entre cinco.
El Cristo Atlético, que semanas antes estudió la posibilidad de comprar una plaza en Segunda División B, pero la desestimó ante el alto coste que podía suponer y así no salir hipotecado en el nuevo proyecto, se animó ante la cantidad relativamente baja de esta temporada (menos de la mitad que el pasado año). Tras consultar con una empresa de asesoría de Madrid, que estaba dispuesta a adelantar ese dinero, decidió solicitar la plaza que dejaba vacante el Palencia.
Era el octavo en la lista de preferencias, dado que en la círcular de la RFEF se especificaba claramente que tenían prioridad los equipos de Tercera División del Grupo en el que militase el equipo descendido, en este caso el Grupo VIII de la Tercera División. Uno a uno se fue sabiendo que los Valladolid B, Ávila, Cultural Leonesa y demás equipos que le precedían en la general habían desestimado solicitar la plaza, cuyo plazo finaliza hoy a las diez de la mañana. El único que tenía interés, y así lo comunicó a la RFEF fue el Cristo Atlético.
Sin embargo, la propia Federación Española de Fútbol se puso en contacto con el club morado para hacerle saber que aparte de esos 190.000 euros se le requería los 200.000 euros de aval que tendría que haber depositado el Palencia en el caso de haber logrado saldar las deudas con los jugadores. La RFEF, antes de conceder la plaza, quería garantías.
Ante esta exigencia, el Cristo Atlético renuncia a solicitar la plaza en Segunda División B y a través de un comunicado indicó textualmente. «Puestos en contacto con los inversores que habían manifestado su interés en cubrir el importe de los 190.000 euros, a los efectos de valorar con ellos la posibilidad de aportar el referido aval (que ahora se nos requiere para poder optar a cubrir una plaza en Segunda División B), nos informan de su imposibilidad al respecto, indicándonos que en esos términos no están interesados en hacer la aportación que en su momento nos ofrecieron, de tal forma que optarían por otras inversiones que ya tenían en cartera». De esta forma, el Cristo Atlético seguirá la próxima temporada en Tercera División.
Cata: "En esas condiciones era inasumible"
Ramón Andréu, Cata, presidente del Cristo Atlético, mostró su postura sobre lo sucedido. «Nuestra idea era que Palencia no se quedase sin un equipo en Segunda B, la afición se lo merecía. Vimos la posibilidad de poder conseguir la plaza por 190.000 euros, teníamos ese dinero gracias a unos inversores y luego nos han salido con otros 200.000 euros de aval y así no podemos, es inasumible. Ahí queda nuestra oferta, la que se pidió en un principio. Si no nos exigen el aval, ponemos los 190.000 euros». Óscar Guantes, gerente del equipo morado, coincide con el planteamiento. «Entre la cuota y el aval nos íbamos a los 400.000 euros, a lo que hay que sumar el presupuesto para esta categoría. Nos íbamos, como mínimo, a los 700.000 euros y es demasiado dinero». El último rumor, por cierto, apunta a que la plaza finalmente sí irá al Valladolid B, campeón del Grupo VIII de la Tercera División.
Fuente: Diario Palentino
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