Diario de León / Los problemas que ocasionan a los cotos de caza los accidentes de tráfico provocados por la fauna salvaje estarían en vías de solución si se aprueba el Proyecto de Reforma de la Ley de Tráfico que ya ha pasado el primer trámite en la Comisión de Interior del Congreso y ha sido remitida al Senado.
La redacción de la nueva Ley quedaría de la siguiente forma: «En accidentes de tráfico provocados por atropellos de especies cinegéticas en las vías públicas será responsable de los daños a personas o bienes el conductor del vehículo, sin que pueda reclamarse por el valor de los animales que irrumpan en aquéllas». Tan solo será responsable el titular de los derechos cinegéticos o, en su caso, el propietario del terreno, cuando el accidente se produzca como consecuencia de una acción de caza colectiva de caza mayor, llevada a cabo en el mismo día o doce horas antes. Precisamente la única enmienda admitida consistió en rebajar el plazo inicial de veinticuatro horas antes a doce. También se responsabiliza al titular de la vía pública si el accidente se produce como consecuencia de no haber reparado las vallas de cerramiento (autopistas o autovías) o no tener debidamente señalizada la carretera en tramos de alta siniestralidad con piezas de caza mayor.
Hasta ahora, y en la mayoría de los juicios, las sentencias estaban siendo condenatorias para los cazadores, pues bastantes jueces realizaban interpretaciones casi rocambolescas de la Ley. Paradójicamente hay sentencias que obligan a indemnizar a un coto por los daños producidos en un vehículo al atropellar a un lobo, especie protegida y que, en dicho acotado, no se puede cazar. Hace unos meses Mapfre reclamaba los daños producidos por el atropello de una nutria, especie no cinegética y que habita en medios acuáticos, al coto de Campo de Villavidel. Incluso se ha llegado al esperpento de condenar por un siniestro total a un acotado en un accidente en que el conductor afirmó haber chocado contra el pretil de un puente por esquivar a una liebre.
Ciertas compañías de seguros vienen presionando para que nada cambie. La mala fama que suelen tener los cazadores entre una parte de la sociedad, justificada a veces por las malas prácticas de una minoría de aficionados, se deja notar en estas sentencias y en el legislador, que olvida que la fauna silvestre ya estaba en el campo antes de construir las carreteras. En la mayoría de países de la Unión Europea el responsable civil del atropello es el propio conductor que responde con el seguro del vehículo. Así en Alemania, por ejemplo, el seguro debe indemnizar por la muerte de algunas especies como los ciervos.
La falta de una legislación adecuada pone a muchos cotos de caza en graves dificultades económicas, ya que las pólizas de seguros son cada vez más caras y reducen la cobertura ampliando las franquicias. Los pleitos se suceden y a veces tardan años en resolverse, lo que perjudica a todos menos a los abogados que cobran suculentos honorarios.
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