Los tres jugadores más veteranos del Óbila Club de Basket, el escolta Rubén López, el alero Sergio Sánchez y el pívot Tomás Ramón, no seguirán en el equipo verderón esta próxima temporada. El club abulense así lo comunica en su página web, señalando que las bajas se producen de “común acuerdo”. De esta forma la plantilla 2010/2011 será totalmente nueva, sin jugador alguno de la campaña anterior, con tan sólo dos fichajes hasta el momento: los pívots extranjeros Leo Klassman y Charles Ramsdell.
Rubén López era el único abulense que militaba en el Óbila, donde ha permanecido durante siete años, desde la temporada 2003-2004 cuando el equipo estaba en EBA. Ha permanecido a las órdenes de los cinco entrenadores que ha tenido el primer equipo en su corta historia. Hombre muy querido por la afición verderona, que no en vano coreaba su nombre cada vez que saltaba a la cancha. Su futuro parece que estará vinculado al club de baloncesto abulense como entrenador titulado de la cantera donde ya ha ejercido estas funciones con gran aceptación por parte de los más pequeños, a los que puede inculcar sus conocimientos y los valores que conlleva el deporte de la canasta.
En el caso de Tomás Ramón, este leonés aterrizó en Ávila hace cuatro temporadas (2006/2007) desde el filial del Baloncesto León. En la primera el equipo se proclamó subcampeón del Grupo Centro de EBA, cayendo en los play off ante Coruña en un polémico partido. Al año siguiente jugó en la nueva LEB Bronce, continuando la campaña 2008/2009 en la que logró el ascenso a LEB Plata, categoría en la que ha jugado hasta ahora. El público le recuerda por sus espectaculares mates y alley-hoops en el pabellón de San Antonio en balones suministrados por el base Carlos Mosquera. Tomás Ramón ha sido uno de los pilares como entrenador del Club Mini. Ahora jugará en el Virgen de la Concha de Zamora en la liga EBA, habiéndole ofrecido la Fundación Óbila continuar su labor formativa en los campus que organiza. En su carta de despedida, el pívot de León afirma que “solo tengo palabras de agradecimiento para el club y la afición de Ávila”, señalando que “han sido cuatro años maravillosos donde he crecido tanto deportiva como personalmente”. “Siempre sentiré los colores del Óbila como míos”, sin olvidarse “de todos aquellos niños con los que he disfrutado cada tarde intentando que aprendieran algo más sobre el baloncesto”.
Por lo que se refiere a Sergio Sánchez, llegó al Óbila hace tres temporadas procedente del Hellín, caracterizándose por su lucha constante y sus penetraciones a canasta. Autor de triples importantes como en el partido de permanencia ante Navarra en la liga LEB Bronce o en el quinto encuentro de los play off de ascenso a Plata frente a Alcázar. Paralelamente a su actividad como jugador ha desarrollado una importante labor de formación en el Club Baby, que podrá continuar en los campus de la Fundación Óbila. No abandona la categoría de Plata ya que jugará en el Santurtzi, equipo de su tierra natal, donde ya militó entre las temporadas 2003 y 2007. Sergio indica en su carta de despedida que “todo en la vida tiene un final” y que la decisión tomada “ha sido difícil”. De Ávila se lleva tanto recuerdos deportivos como personales, reconociendo su gratitud “hacia la afición, esa marea verde que siempre nos ha apoyado”, sin olvidar a la directiva, compañeros, entrenadores, técnicos, medios de comunicación y operarios de los pabellones, así como "de mis niños del Baby que sin saberlo tanto me han ayudado” comenta, quien deja “amigos con los que espero siempre contar y que ellos cuenten conmigo para lo que necesiten”. “Esto no es un punto y final sino un punto y seguido”, concluye.
El Óbila Club de Basket quiere resaltar de estos tres jugadores que “su trayectoria no deja duda, su compromiso ha sido indudable, su esfuerzo incansable, tres jugadores que se encuentran en el Top 10 del Óbila, entre los que más temporadas han vestido con la camiseta del primer equipo, y que se unen a otros como David Mediano, Carlos Mosquera o Fran Ruiz, que han destacado tanto dentro como fuera de la cancha por sentir nuestros colores”.
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