Carlos Sastre ha vivido hoy una jornada tranquila, sin sobresaltos ni accidentes, cobijado en el seno del pelotón y arropado por su equipo. “Tras tres jornadas de muchísimo calor, hemos tenido por fin una etapa con una temperatura mucha más agradable. Se ha hecho la escapada del día bastante pronto y por detrás la armonía en el grupo se ha mantenido hasta la parte final de la carrera, en la que el viento de costado ha provocado que hubiese mucho más estrés y que todo el mundo quisiera estar delante para evitar cortes y pérdidas de tiempo”, comenta el líder del Cervélo TestTeam que llegó en el puesto 90º con el mismo tiempo que el estadounidense Tyler Farrar que se adjudicó al sprint la 5ª etapa de la Vuelta, disputada entre Guadix y Lorca, de 198 kms.
“Para mí ha sido un día más o menos llevadero”, añade Sastre, quien espera que lleguen otras etapas de mayor dureza para sacar conclusiones de sus opciones reales en esta Vuelta a España. “Poco a poco intento estar en carrera, centrarme en ella y mirar más adelante. Como dije ayer, correr tres grandes vueltas tiene sus riesgos. Después de disputar Giro y Tour, no es fácil comenzar la Vuelta y tener la capacidad de sufrir día a día y estar con los mejores. Por lo tanto, me quiero dar un tiempo, ver que pasa en el futuro, aunque para nada pierdo mi moral y mi ilusión”, concluye el vencedor del Tour de 2008, que es el 21º en la clasificación general, a 2’15” del líder, Philippe Gilbert.
Este jueves se disputa la sexta etapa, entre Caravaca de la Cruz y Murcia, de 151 kilómetros, y en la que se ascenderá al Alto de la Cresta del Gallo, puntuable de segunda categoría, cuya cumbre está a tan sólo 10 kilómetros de la meta y cuenta con un descenso que puede abrir diferencias.
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