25 de agosto de 2011

CICLISMO – Pablo Lastras, a punto de conseguir su segunda etapa en la Vuelta 2011

“Yo tengo poco miedo en la bici... pero hoy he pasado miedo”

Lastras en el centro de la imagen tras Peter Sagan
De nuevo Pablo Lastras ha sido protagonista. El ciclista del Movistar Team ha estado a punto de repetir, nueve años después, su primer triunfo en la Vuelta a España. En 2002, en un idéntico final, Lastras inauguraba en Córdoba su palmarés en la gran ronda española y hoy, en una etapa marcada con una X desde hace muchos días en su libro de ruta, sólo el caníbal esloveno Peter Sagan (Liguigas) le ha impedido anotarse su segundo triunfo parcial en esta edición de la Vuelta. La subida por una vertiente diferente a la de aquella ocasión al alto de San Jerónimo (2ª), a 20 km de meta, ha seleccionado el grupo principal –siempre con Bruseghin y Pardilla entre los favoritos- y ha dejado la resolución de la victoria de etapa para el revirado descenso hasta Córdoba.

Lastras lo intentaba por primera vez a 12 kilómetros del final, pero su ataque era abortado por un Liquigas que reconocía en el corredor de la escuadra telefónica a su gran rival para el triunfo parcial. Una intuición que ratificó Lastras poco después cuando, a 4 kilómetros del final, se convertía en el único corredor en aguantar la rueda de cuatro de los ciclistas de la escuadra italiana: Sagan, Nibali, Capecchi y Agnoli. Pese a la inferioridad numérica, Lastras peleaba hasta el último metro por el triunfo y cruzaba segundo la línea de meta, a un paso de la victoria pero con la conciencia tranquila del deber cumplido. En la general, Pablo Lastras se encuentra en el puesto 57º, a 16’41” del maillot rojo, Sylvain Chavanel.

Romance con Córdoba

Al final la etapa, Pablo Lastras declaraba: “Tengo un romance especial con Córdoba. Aquí gané mi primera etapa en la Vuelta, terminó la Vuelta a Andalucía de 2008 que gané y hoy tenía claro dónde tenía que moverme: al final. Coronar delante y jugármela bajando. Yo tengo poco miedo en la bici; mucho respeto, pero hoy he pasado miedo. Los Liquigas han bajado muy rápido, pero muy seguros; estoy convencido de que habían venido a reconocer la bajada. Sabía que estaba en inferioridad, pero en algún momento he tenido que entrar al relevo porque ellos dejaban huecos y si no se iba a marchar alguno por delante. Lo he intentado hasta el final y no está mal ser segundo en esa situación. Sagan es un ciclista tocado por una varita mágica, pero tenía que vigilar a los cuatro porque podía ganar cualquiera. He intentado sorprenderles por el lado más difícil pero no ha podido ser. Ha sido una pena porque tenía en la cabeza ganar para ofrecerle el ramo a Chente García Acosta. Él ha sido uno de mis referentes en el ciclismo y ha sido una baja muy importante para el equipo”.

Este viernes se disputa la séptima etapa, entre Almadén y Talavera de la Reina, de 182,9 kilómetros, con una salida inédita para una jornada sin ningún puerto de montaña puntuable, pero que es un auténtico rompepiernas y que podría acabar en un sprint masivo.

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