22 de marzo de 2012

MONTAÑISMO – Dos días en Katmandú y visita de Miss Howley

Carlos Soria con Miss Howley
El alpinista abulense Carlos Soria lleva dos días en Katmandú dentro de la tentativa de subir al Annapurna. Dice en su diario que “tiene ganas de volver a la montaña” porque en la ciudad nepalí, aunque le gusta, “nunca me da tiempo a disfrutarla”. Y es que en la urbe tiene multitud de cosas de hacer: “comprar materiales, decidir la comida, organizar el envío con los sherpas, hablar con la prensa…”.

En total serán dos toneladas y media, distribuidas en 25 bidones, el peso del material que va al Annapurna, algo que a Soria le parece “muchísimo”, si bien reconoce “que hoy la tecnología manda mucho en esto de subir montañas: llevamos paneles solares para alimentar de energía las cámaras y los ordenadores”, además de antenas para el satélite y un generador de gasoil.

Para el veterano montañero, las cosas han cambiado mucho respecto hace cuarenta años. Entonces “enviábamos las cartas a casa por medio de los ‘mail runners’, gente local que caminaba durante días para llevar los sobres hasta la capital.”, dice. “Pero al mismo tiempo hay muchas otras que siguen igual que siempre”, como ir al aeropuerto “a recibir a los dos últimos miembros de la expedición –Tente Lagunilla y el médico Carlos Martínez– que han llegado por fin a Nepal acompañados de dos empleados de BBVA que nos acompañarán hasta el campo base después de ganarse un puesto entre 7.000 aspirantes".

En su diario, Carlos Soria habla de su entrevista con la americana Miss Howley, una mujer de 88 años que “pese a que no anda muy bien de salud sigue visitando a las expediciones que quieren subir una de las grandes montañas”. No hay ningún alpinista que se escape a sus designios. Jamás indica que un montañero ha mentido sobre una cima, “ella no dice que mientes; solamente declara tu cumbre como dudosa”, explica el abulense.

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