FÚTBOL – Sin goles en el Adolfo Suárez

Real Ávila y Arandina fueron incapaces de marcar en un mal partido, con la afición apoyando al equipo abulense

Javi, capitán e improvisado lateral derecho, pelea con Durántez en presencia de Cabrera

Ángel G. Alameda / El Real Ávila y la Arandina seguirán como están en la clasificación, cuarto y tercero, respectivamente, después de un choque en el que empataron a cero y donde hubo mayor presencia de aficionados en las gradas para apoyar a los jugadores encarnados tras el llamamiento realizado. Los dos equipos pusieron actitud sobre el terreno de juego aunque no demasiado fútbol. Las ocasiones no llegaron sino hasta avanzado el segundo tiempo del encuentro, cuando parecía que los dos equipos se conformaban con la igualada.

El conjunto abulense, inmerso en una delicada situación por la solicitud de declaración concursal, afrontaba el partido con la intención de dar una buena imagen y quedarse con los tres puntos para arrebatar a los arandinos la tercera posición. Lastrado en el lateral derecho de la defensa por las bajas de Fini y Josito, su lugar lo ocupó Javi de modo que había tres centrales sobre el campo y por delante de ellos Trujillo.

Sergio Cueto salta de cabeza

La Arandina se suponía que llegaba al Adolfo Suárez con la firme intención de devolver la derrota que sufrieron en la primera vuelta en El Montecillo. Lo cierto es que en ningún momento mostraron un propósito claro de ese objetivo. Sus líneas trataban de buscar el error del rival que salía al principio más decidido jugando por las bandas a través de Cueto y Vicente. A este jugador le mostró el árbitro una tarjeta amarilla por supuesta simulación de penalti cuando se internaba en el área y caía. Los seguidores locales reprocharon que el colegiado no pitara la pena máxima por considerar que había sido objeto de agarrón de un jugador arandino. 

Poco o nada se puede contar del primer tiempo. A los dos equipos les costaba mucho crear situaciones de peligro, más empeñados en mantener su portería a cero. Además el juego no era vistoso, sin toque ni combinación. En el Real Ávila Pito se encontraba con muchas dificultades para encontrar un balón en condiciones y así era previsible que por sus botas no pasaran demasiados para acercarse con peligro sobre la meta rival. Por su parte, la Arandina tampoco daba muestras de amenaza.

Intervención de Pindado

Nada más comenzar el segundo tiempo, el árbitro anuló un gol del Real Ávila por fuera de juego. Los visitantes buscaron salir de su letargo de la primera mitad y obligaron a intervenir con acierto a Pindado al menos en tres ocasiones. La primera en el minuto 53 cuando el cancerbero tuvo que meter la mano tras haberse marchado Mato de sus marcadores dentro del área. Las otras dos fueron en los minutos 76 y 78, en una desbarató una acción de Gustavo desde la izquierda, y en otra también hizo frente al delantero cebrereño que remataba un centro por la banda izquierda. Poco antes había tenido Pito la oportunidad de adelantarse en el marcador. El almeriense, tras robar el balón a un defensor albiazul se fue directo hacia la portería de Álex y en el mano a mano estuvo mucho más listo el portero arandino. La última ocasión local se dio con el tiempo cumplido. Emilio, que había sustituido a Vicente, la pegó cruzada a la red izquierda del marco de la Arandina.

Ficha técnica:

0 Real Ávila: Pindado, Javi, Andrés, Rui, Cabrera, Javito (Iván Cabezudo, m. 53), Cueto (Tuto, m. 90), Trujillo, Pito, Piru y Vicente (Emilio, m. 79).

0 Arandina: Álex, Obispo, De las Heras, Félix Sancha, Ismael, David Marcos, Rubén Royo (Antonio, m. 84), Durández (Seoane, m. 66), Gustavo, Mato y Dani Martínez.

Árbitro: Francisco Rivera García (Valladolid), asistido en las bandas por Silvia Fernández Pérez y Rubén San José Ceinos. Mostró tarjetas amarillas a los locales Vicente y Andrés; y a los visitantes Félix Sancha y Durántez.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo primera jornada del grupo VIII de Tercera División, disputado en el estadio Adolfo Suárez, con asistencia de unos 600 espectadores. Terreno de juego en mal estado.