Pablo Lastras con Eusebio Unzué |
@deportesavila / Nunca dejó de ser parte y alma de Movistar Team. Tras el accidente en la Volta a Catalunya 2015 que le obligó a poner punto y final a su carrera ciclista, Pablo Lastras (San Martín de Valdeiglesias, Madrid; 1976) regresa a su equipo de toda la vida para incorporarse al organigrama técnico. Uno de los símbolos de la estructura de Abarca Sports, que a partir de 2017 volverá a compartir desafíos con su gran familia deportiva.
El bagaje de Lastras incluye 13 victorias como profesional y triunfos en las tres grandes vueltas por etapas, así como en carreras de gran nivel como Suiza, Burgos, Andalucía o Eneco Tour. No obstante, el mejor atributo de ‘Penkas’ ha sido siempre su servicio a los compañeros y su privilegiada visión de carrera. Un valor que intentará aplicar a partir del año que viene junto a un grupo que incluye a muchos de sus antiguos compañeros y jóvenes en cuya progresión participará activamente.
"Llevo dos meses sin dolores por mis lesiones", afirma feliz Lastras. "El cirujano me dijo que mi recuperación sería muy lenta, 20-24 meses hasta consolidarse, y finalmente han sido 19. A lo mejor, del modo con que me lo he tomado, cuidándome y bien rodeado, he podido ganarle tiempo al tiempo, y eso que me llevo. El final de mi recuperación ha coincidido en fechas con la concentración de Movistar Team y con una llamada de Eusebio. Decidí venir, escuchar, ordenar ideas y tomar esta decisión. Quiero hacer cosas que me ilusionan y devolverle al ciclismo todo lo que me ha dado. He pasado 21 años en esta santa casa y tengo en ello, en transmitir todo de vuelta, un reto personal”.
“Me he sentido siempre más identificado con los jóvenes que con gente de mi edad. No importa la edad, sino la actitud. Y en estos 19 meses de recuperación, de ‘barbecho’, en el que he sido fan incondicional del equipo y de todo el ciclismo, he aprendido que debía estar en el anonimato, formarme, observar, tener curiosidad, saber qué hice mal y ver con mayor claridad en qué podía mejorar. Tengo que seguir explotando y exportando todo aquello que soy”.
“El mejor reconocimiento es el aplauso que te pueda dar la gente cada día, no las medallas o los trofeos”, resume, al valorar la calurosísima acogida que todo el grupo reunido estos días en el Castillo de Gorráiz le brindó una vez más y desde el primer minuto. “Ha sido un período muy bonito, duro, pero al final con un sabor muy cercano. Tengo ganas, estoy preparado y quiero aportar, ayudar mucho”.
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