15 de abril de 2017

FÚTBOL – Rivilla, un maestro abulense en la defensa del Atlético de Madrid

Rivilla a la izquierda con Glaría
Marca / "Con Suárez, el mejor de la selección española. Jugó en plan maestro. Fue totalmente superior a su extremo Jusainov, al que anuló por juego y por facultades físicas. Defendió perfectamente y cuando España atacó se fue hacia adelante presionando y empujando a sus delanteros hacia el marco rival". Así calificaba la prensa española la actuación de Feliciano Rivilla en el Santiago Bernabéu la tarde del 21 de junio de 1964, cuando España venció a la URSS y se proclamó campeona de Europa de Selecciones Nacionales.

Feliciano Muñoz Rivilla nació en Ávila el 21 de agosto de 1936. Era hijo de Feliciano Muñoz y Basilia Rivilla, matrimonio que ya contaba con una niña bautizada María Sonsoles. Fueron sus compañeros futbolísticos quienes empezaron a llamarle por el segundo apellido y en el equipo del Instituto destacaba por su facilidad goleadora y sus facultades y cualidades futbolísticas. Eso le llevó a fichar por el Real Ávila cuando aún no había cumplido los dieciséis años. Y allí lograba 25 pesetas por la victoria en cada partido que ganaba el equipo.

Feliciano jugaba como interior o extremo y sus buenas cualidades le llevaron al Murcia donde firmó por 50.000 pesetas. El equipo pimentonero militaba en Segunda División y allí permaneció una temporada. Finalizada su andadura y con sólo 18 años volvió al equipo de su tierra.

El 28 de diciembre de 1955 recibió la llamada del Atlético de Madrid, pero por la fecha pensó que era una inocentada y dijo que le volviesen a llamar al día siguiente. El señor Mochales volvió a llamarle de nuevo, Feliciano cogió un tren y tras llegar al club estampó su firma por el club colchonero. Pero como su puesto estaba en el banquillo pidió que le cedieran a un equipo donde pudiese jugar. El club le buscó acomodo en el Plus Ultra que dirigía Antonio Borrachero y entrenaba Paco Trinchán. Era la temporada de 1955-56 y como llegó a mediados sólo participó en 16 encuentros.

La temporada siguiente volvió al Atlético y al banquillo. De nuevo pidió ser cedido y en esta ocasión lo fue al Rayo Vallecano. También se fueron Callejo, Botella y Bouso. Allí permaneció otra temporada y vuelta al Atlético y de nuevo al banquillo. Su campaña con el Rayo había sido muy buena y el entrenador Colón volvió a reclamar sus servicios y el equipo colchonero volvió a cederlo.

Con la llegada de Daucik al Atlético, Rivilla es reclamado para jugar algunos encuentros amistosos y ya se incorporó al equipo rojiblanco en la temporada de 1958-59. Y por fin, el 22 de septiembre Feliciano Muñoz Rivilla cumplió su sueño de jugar con el primer equipo. Lo hizo en Mestalla ante el Valencia jugando de medio izquierdo. Cuando jornadas más tarde se lesionó Verde, Rivilla pasó a ocupar el puesto de defensa derecho, sitio que le reportó los mayores éxitos de su carrera.

Fue en 1959 cuando Rivilla debutó como internacional en la Selección Nacional de Promesas y lo hizo ante Italia en el Santiago Bernabéu el 1 de marzo jugando de medio izquierdo y formando línea con Isidro. Su debut con la selección absoluta lo realizó en el campo Nacional de Lima ante Perú el 10 de julio de 1960. Lo hizo en su puesto habitual de defensa derecho y España venció por 3-1. En total Rivilla jugó 26 encuentros con la elástica nacional: 6 del Campeonato del Mundo, 7 de la Copa de Europa y 13 amistosos.

Feliciano Muñoz Rivilla empezó jugando como delantero centro o interior, pasó luego a la línea media y terminó como maestro defensivo en el lateral derecho. En su dilatada carrera en el Atlético logró tres títulos de Copa y uno de Liga. Fue Campeón de la Recopa y conquistó los apreciados trofeos Mohamed V y Teresa Herrera. Y no nos olvidemos del más grande, el de Campeón de Europa de Selecciones Nacionales. A título personal Rivilla fue distinguido en la temporada 1960-61 con el Trofeo Patricio Arabolaza, galardón que concedía el diario Marca al jugador que mejor representase la "furia española", la que habían hecho inmortal nuestros representantes en la Olimpiada de Amberes. La que Feliciano Muñoz Rivilla exhibía por los campos de fútbol donde impartía tardes magistrales.

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