11 de septiembre de 2014

CICLISMO – “Esto no se nos va a olvidar nunca”

Entrevista a Noel Martín y Carlos González, campeones del mundo 2014 en tándem
Carlos González y Noel Martín

El Pedal de Frodo / Toda objetividad queda en un segundo plano cuando mis dedos tiemblan a la hora de relatar su gesta. Mi pulso tiende a acelerarse cuando la imagen de dos amigos que han peleado tanto por conseguir su gran sueño se repite una y otra vez, cuando visualizo su triunfal entrada en meta. Es el resultado de la unión de un chico, Carlos, que quería seguir andando en bici como medio para seguir siendo feliz y la de otro, Noel, injustamente rebotado del profesionalismo, que quería seguir teniendo incentivos para andar en bicicleta. Del primer abrazo de Carlos a Noel cuando se encontraron al momento en el que se cuelgan la medalla en los Campeonatos del Mundo de Greenville hay apenas unos meses. Y, esa unión, ese cariño mutuo, pone la carne de gallina. Anula toda objetividad. Emociona. Es una gesta que conmueve y, que de nuevo, pone mis dedos a temblar. Son Campeones del Mundo.

Carlos: Es un sueño hecho realidad gracias al trabajo, la constancia y el sacrificio.

Noel: Pues sí, quién me lo iba a decir… ¡Aún no me lo creo!

¿Entraba en vuestras quinielas o es, básicamente, un pelotazo?

Carlos: Fuimos a Greenville buscando una medalla, pero el resultado ha superado con creces las expectativas, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad que tiene la prueba en línea, ya que no es sólo que tú estés bien y puedas ser uno de los más fuertes, sino que la táctica y la valentía en ciertos momentos y el no tener averías juega un papel importante en el desarrollo de esta prueba, ya que al mismo tiempo de estar pendiente de ti mismo para no tener una pájara descomunal tienes que estar pendiente en todo momento de tus rivales sin desmerecer a ninguno.

Noel: Es un pelotazo, aunque yo nos veía muy bien. Sé que estábamos para luchar por las medallas, para estar ahí, pero la diferencia de hacer tercero a primero es enorme… de hacerlo muy bien a tocar el cielo, literalmente.

Este oro sin duda suple la rabia de la crono, ¿verdad? ¿Qué ocurrió?

Carlos: No lo suple del todo, porque estábamos haciendo una crono sensacional y, aunque el oro supo muy bien el domingo, la aventura podía haber terminado de otra manera si hubiésemos reventado o no hubiéramos tenido la colaboración del otro tándem español formado por Ignacio Ávila & Joan Font. Y tampoco lo suple porque a la ruta habríamos salido con el cuchillo entre los dientes igualmente a intentar la victoria.

Noel: Para mí sin duda que lo suple. La cara de tonto que se nos quedó tras la crono se va a convertir en una anécdota gracias a esto, pero si no hubiera sido así aún estaría lamentándome… Se nos salió la cadena de transmisión a falta de 400 metros, lo que implica que yo no podía dar pedales ni él tampoco. Fue lo peor que podía pasar porque si se rompe, podría darlos él, pero así se enganchaba y no había forma de avanzar, y además picaba hacia arriba así que enseguida nos quedamos parados. Lo único que pudimos hacer fue bajarnos y echar a correr, pero Carlos se iba tropezando y casi nos caemos… Entré en meta y me tiré al suelo, muerto de cansancio y con el alma en los pies. Fue un palo, pero en esta vida hay que aprender a levantarse, y para ello todos los miembros de la selección de ciclismo adaptado son un verdadero ejemplo a seguir por su afán de superación. Así que al final nos sirvió de inventivo para salir con más rabia el domingo y darlo todo desde la primera vuelta, aunque al principio pareciese una locura. Pero, por suerte, a veces las locuras salen bien y el ciclismo prima a los valientes.

Imagino que os habrá costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí. ¿Cómo ha sido el camino hasta el Mundial?

Carlos: Ha sido duro sobre todo para mí, porque muchos días me toca entrenar en el rodillo debido a la imposibilidad de salir solo a entrenar y para conseguir tener un nivel similar a los demás tengo que echar muchas horas de rodillo, además de las que eché con Noel sobre el tándem. El rodillo es algo muy duro y en ciertas ocasiones llega a ser aburrido, pero sé que es una de las dos opciones que tengo para entrenar y mejorar. La otra opción es salir a entrenar con Noel en el tándem.

Noel: Muy duro, y como dice Carlos sobre todo para él. Estoy seguro de que muy poca gente aguantaría las sesiones de rodillo, la dieta y el sacrificio que ha tenido que hacer Carlos durante todo el año. Yo siempre que puedo salgo con él, pero cuando no puedo no le queda otra que hacer rodillo y eso quema mucho, estar fuera de casa, solo, esperando a que le fuese a buscar cuando pudiera… Para mí ha sido un placer ser su guía, pero el esfuerzo que ha hecho él casi no me lo puedo imaginar.

Contadme cómo se vive a 190 pulsaciones un kilómetro final donde te juegas el oro con otra pareja de corredores.

Carlos: Pues en ese momento la adrenalina se te dispara, sobre todo a mí, que hasta ahora no había ganado ninguna carrera, y en todo momento te dices a ti mismo: “no me puedo permitir el lujo de perder después de haberme pegado una pechada tan grande como la de hoy”. Al mismo tiempo me acuerdo de las palabras que me envío mi padre a través de una nota de voz al whatsapp: “Es tu momento de estar bien, de competir y de dar el máximo”, así que cuando Noel te dice que aprietes a tope porque sabes que estamos en el sprint final jugándote algo tan grande como ser Campeón del Mundo tu cuerpo es capaz de superar todo el dolor y el cansancio de la jornada para vaciarse al máximo y conseguir esa meta tan preciada como es la victoria y aún más si cabe en todo un Mundial.

Noel: Pues hay que vivirlo, parece que se te va a salir el corazón por la boca pero tú quieres más, y tus piernas aprietan y parece que cada vez más rápido, miras atrás y ves que abres un hueco y ahí ya tienes que morirte encima de la bicicleta con la mirada puesta en la línea de meta y rezando para que no te remonten… y en los últimos metros echando una leve mirada hacia los lados para darte cuenta de si puedes levantar los brazos y tocar la gloria con los dedos. ¡Ese momento no se me va a olvidar nunca!

¿Qué os decís en esos momentos? ¿Hay estrategia? ¿Os llegáis a hablar?

Carlos: Justo en una zona donde el tándem rival iba delante a poco del final Noel me preguntó que en dónde quería jugármela, si en un repecho en el que habíamos visto cierta debilidad del tándem francés o al sprint. Yo le contesté que primero en el repecho, pero no pudimos porque el tándem francés hizo una maniobra evasiva y consiguió que nos pusiésemos delante, con lo cual el efecto sorpresa quedaba eliminado, así que sólo quedaba la carta del sprint… Afortunadamente conseguimos entrar primeros en la rotonda y Noel me pidió que diera todo lo que me quedaba, y así lo hice.

Noel: Sí, yo le comenté que iba a arrancar en el último repecho porque no quería jugármela al sprint y porque veía que nosotros entrábamos más rápido que ellos en él, y aprovechando esa inercia quería arrancar e ir hasta meta a tope. Pero ellos, la pareja francesa, se lo olieron y me dejaron entrar primero en el repecho, así que simplemente les tanteé para luego arrancarles a 400 metros del final. Normalmente no hablamos mucho, solamente frases cortas y concisas, y las decisiones suelo tomarlas yo aunque le pregunté que qué le parecía, o cómo iba, ya que yo soy quien ve su pulso y el mío y quien sabe más o menos lo que podemos dar en cada momento.

Cruzáis la línea de meta, ¿qué os viene a la cabeza?

Noel: Todo el camino recorrido, todos los percances y averías y todo el apoyo que he tenido de mis padres, mi familia, mis amigos, mi novia… En ese momento todo merece la pena, todos los malos momentos se olvidan y te sientes la persona más feliz del mundo.

¿Y qué me decís de la magia del pódium? ¿Tiemblan las piernas también ahí arriba?

Carlos: El pódium subido a lo más alto de él es algo maravilloso, sobre todo porque te ves recompensado por todo el esfuerzo y sacrificios que has hecho. Y sí, sí que tiemblan las piernas sobre todo cuando suena el himno nacional en tu honor.

Noel: A mí también me temblaron, y la carne enseguida se me puso de gallina, y cuando me pusieron el maillot pues ya ni te cuento. Después, escuchar el himno, cerrar los ojos y sentir que estás flotando… la verdad que es una sensación única e irrepetible.

¿Alguna dedicatoria como flamantes campeones del mundo?

Carlos: Por supuesto, para empezar se la dedico a dos personas que ya no están como son mi primo Raúl, que fue el que hizo que me gustase la bici, y Óscar De la Cruz, que fue mi piloto en mi segundo campeonato de España en el que quedamos subcampeones de ruta en 2009. También a Luis Javier Castellano “El Insu”, que ha sido mi piloto durante tres años y que por motivos familiares y laborales tuvo que dejarlo, él es el que me ha enseñado casi todo lo que sé de ciclismo; y a Marcos Lucas, que se atrevió a ser mi piloto para entrenar en el año 2009 . Sobre todo a mis padres que nunca, nunca, me han fallado, siempre me han apoyado y me han ayudado a entrenar en el rodillo y a mi hermano, que cuando voy a una competición me manda sus mensajitos motivadores al móvil. A mis tíos Luis y Eli, que no dudan en ofrecerme su ayuda para llevar la bici de un lado a otro cuando lo necesito, ya sea para entrenar en el rodillo o para reparar una avería en el pueblo de al lado. A mi tía Tere, que siempre ha estado pendiente de mis competiciones. A los padres de Noel y sus respectivas parejas, a toda la gente de El Arenal que nos ha dado su apoyo incondicional y a los amigos de la tienda de bicicletas de Valladolid “CarrilBici”, que nos han echado un cable siempre que los hemos necesitado para poner a punto nuestras máquinas. A la familia que tengo en Segovia, mi prima Laura, sus hijos de mi prima y mi tía Jose. ¡Y, por supuesto, a los amigos del pueblo!

Noel: Ya más o menos ya lo he dicho, los mismos de los que me acordé cuando ganamos, como también lo hice de mi entrenador que me aguanta y me sigue enseñando cosas todos los días. También se la dedico a Félix (García Casas) por confiar en nosotros y habernos dado la oportunidad de acudir con la selección, a los que hacen posible que tenga tan buen material y pueda competir al más alto nivel, a Font y Ávila por su labor de equipo, y a “Insu”, su anterior piloto, que ha trabajado con Carlos los últimos años para que no se le apagara la ilusión. Pero quien más lo merece es Carlos, yo solo he sido sus ojos. Él es quien marca la diferencia con otros deficientes visuales, porque aún siendo de los que más pérdida de visión tiene, siempre que le pido que me lo de todo, me lo da, y aunque parece que vaya a tope, siempre le queda algo, porque tiene un corazón que no le cabe en el pecho… y también otra cosa que no se puede decir en público jeje.

¿Y ahora qué? ¿Cuál es el nuevo objetivo para un Campeón del Mundo?

Carlos: Ahora hay que seguir entrenando como si no hubiésemos estado en Greenville y como si no hubiésemos conseguido el Campeonato del Mundo. Hay que disfrutar de él los días de vacaciones, pero una vez que volvamos a la rutina de entrenamientos hay que pensar de ese modo, que no hemos hecho nada, que son otros los que son Campeones del Mundo y que somos nosotros los aspirantes a ese título para así poder intentar mantener, o mejorar, nuestro nivel deportivo. Lo que sí queremos mejorar la próxima temporada es nuestro rendimiento en la pista, algo esencial si queremos ir a los Juegos de Rio 2016 ya que allí hay que hacer carretera y pista y en la pista actualmente nuestros tiempos son bastante discretos. Y cómo no, seguir mejorando en la prueba contra el crono, en la que me siento muy a gusto y donde me gustaría ganar ya sea en una carrera internacional como la Bira, el nacional de contrarreloj, copa del mundo o Mundial. Y también seguir mejorando nuestras prestaciones en la ruta.

Noel: A mí todavía me queda el reto de la Madrid-Lisboa a finales de mes, y pronto pasaré a pensar en la temporada que viene donde queremos mejorar en la pista para tener opciones de ir al Campeonato del Mundo de la especialidad. Hay que trabajar duro y nos tocará ir un día por semana de Valladolid a Madrid, pero seguro que merecerá la pena. Con Carlos, cualquier cosa lo merece.

***Por RAFA SIMÓN

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